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El origen del Euskera

El vascuence o eusquera es una lengua preindoeuropea de origen prehistórico sin relación con ninguna lengua conocida. En vasco recibe el nombre de euskara (pronunciado éuskara), siendo sus variantes coloquiales: euskera, eskuera o üskera. Una de estas formas coloquiales vascas (euskera) fue la que adquirió la lengua española y la que se usa generalmente en el habla cotidiana, siendo utilizada en menor medida la forma tradicional de origen latino vascuence (del latín vasconice). Tanto en vasco como en español es conocida también con el nombre latino de Lingua Navarrorum («lengua de los navarros») debido a que el rey navarro Sancho VI el Sabio así la denominó en uno de sus manuscritos en el año 1167.

La actualidad del Euskera

Situación geográfica de Euskal Herria

La lengua vasca es hablada actualmente en el sudoeste de Europa, a ambos lados de los Pirineos occidentales, en los territorios de: Álava/Araba, Baja Navarra/Nafarroa Beherea, Guipúzcoa/Gipuzkoa, Labort/Lapurdi, Navarra/Nafarroa, Sola/Zuberoa y Vizcaya/Bizkaia.

Fuera de las fronteras vascas es hablada también en pueblos fronterizos de Gascuña con la Baja Navarra y en zonas fronterizas del Béarn (Gascuña) con Sola (por ejemplo en el cantón de Olorón, en los pueblos de Eskiula y Jeruntze). En la diáspora vasca más de cien mil personas conservan la lengua vasca o la han recuperado gracias a las Euskal Etxea (éuskal écheá) o Casas Vascas extendidas a lo largo de todo el mundo. En total es hablada aproximadamente por un millón de personas.

Muchos son los investigadores que a lo largo de los siglos han intentado arrojar luz sobre el enigma del origen de la lengua vasca y del pueblo que la habla. Unas teorías, así como la historia de esta lengua desde épocas remotas hasta la actualidad, que conoceremos a lo largo de estas páginas web.

La lengua hablada por el pueblo vasco, el pueblo más antiguo de Europa, es una lengua única en el viejo continente, resto de las lenguas habladas por los antiguos pobladores de Europa anteriores a la expansión indoeuropea y que actualmente está rodeada por un mar de lenguas neolatinas. Si bien en el siglo I d.C. los vascos y, por tanto, su lengua, se extendían a lo largo de los Pirineos desde el mar Cantábrico hasta el mar Mediterráneo, la romanización y la posterior expansión de los pueblos latinos del entorno surgidos de la romanización, hará que los vascos se vean inmersos en un proceso secular de asimilación cultural, que conllevará su desaparición de gran parte de la zona pirenaica, ocupando actualmente el Cantábrico oriental y el oeste pirenaico.

El origen de la palabra Euskara

El origen del nombre de la lengua vasca, euskara, posiblemente proceda del antiguo verbo vasco *enautsi que significaba decir y que se conserva en algunas formas de la conjugación vizcaína del actual verbo esan (decir) como por ejemplo dinosta (diñósta; «me lo dice»).

El verbo *enautsi más el sufijo -(k)ara [ forma de ] daría lugar a la palabra *enauskara («forma de decir», «forma de hablar») que, posteriormente, con el paso de los siglos, evolucionaría fonéticamente a la actual forma estándar euskara (*enauskara>*enuskara>euskara) y también a las formas coloquiales arriba mencionadas.

Teorías sobre el origen del Euskera

El euskera, según algunos lingüistas, formó parte de un grupo euroasiático antiguo anterior a la difusión de las lenguas indoeuropeas en Europa (milenio III ó V a.C). La lingüística oficial, por el contrario, considera no probada esta teoría y define al euskera como una lengua aislada, es decir, sin relación con ninguna lengua conocida y que, desde épocas prehistóricas, se ha hablado a ambos lados de los Pirineos. Asimismo hace incapié en que el asentamiento en tierras pirenaicas del idioma vasco fue muy anterior a la llegada de la lengua íbera a la península ibérica.

El euskera, como todos los idiomas, ha ido evolucionando y ampliando su vocabulario gracias a los pueblos con los que los vascos han tomado contacto a lo largo de su historia, atesorando palabras culturales extendidas por todo el Mediterráneo por los difusores del neolítico agrícola (milenio V a.C) y luego por las primeras civilizaciones de los metales (milenio III a.C.).

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